quinta-feira, dezembro 11, 2003
La copa final
Contra el cielo inespresable,
el álamo, ya amarillo,
instala la alta belleza
de su éstasis vespertino.
La luz se recoje en él
como en el nido tranquilo
de su eternidad. Y el álamo
termina bien en sí mismo.
Juan Ramón Jiménez
posted by camponesa pragmática on 12:47
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